El liderazgo que transforma incomoda primero

por | Jun 19, 2025 | Innovación, Liderazgo | 0 Comentarios

Cuando alguien me pregunta qué significa ser un líder innovador, mi respuesta es simple: es una mezcla de fe y terquedad. Fe para creer que algo nuevo puede surgir, incluso cuando nadie lo ve. Terquedad para seguir adelante cuando todos te dicen que no va a pasar.

En el tercer sector, ser un líder innovador no es una medalla, es una carga, una hermosa, agotadora y necesaria carga.

Vivimos en un mundo que exige inmediatez. Queremos impacto ya, donaciones ya, resultados ya. Pero la innovación no sigue ese ritmo. Las ideas nuevas llegan despeinadas, con errores,  y sin ninguna garantía. Para muchos, eso es inaceptable, impensable y poco realizable.

Ahí está el primer contra: ser innovador te expone. Al fracaso, al juicio, a la mirada del que solo quiere KPIs verdes. Ser innovador es nadar contracorriente, muchas veces sin salvavidas. Es proponer algo distinto y ver cómo la sala se enfría con pensamientos viejos y rostros de pregunta de por qué está proponiendo esto?, si estamos bien.

Pero también hay un pro que pocos mencionan: la innovación es un imán. Atrae talento, energía, y a los valientes. Cuando un líder abre espacio para lo nuevo, se oxigena el ambiente,   y la misión se renueva.

He estado en mesas donde lo fácil era repetir lo que “ya funcionó”, aunque eso nos condenara a la irrelevancia, pero con mucha elegancia. Pero también he estado en salas donde alguien se animó a preguntar: ¿Y si lo hacemos distinto?, y esa pregunta lo cambia todo.

Ser un líder innovador no es solo tener ideas, es sostenerlas, defenderlas, corregirlas en vivo. Y dejar que otros las mejoren sin que eso te robe el crédito ni la pasión.

En un entorno como el nuestro, donde las causas son grandes y los recursos escasos, liderar con innovación no es un lujo, es la única manera de no caer en la irrelevancia.

Nos piden resultados como si liderar la innovación fuera una línea de producción industrial, pero en realidad es un acto de diseño, prueba y error constante. El éxito inmediato es un espejismo. Las mejores soluciones nacen de fallar bien, aprender rápido e insistir con propósito.

Yo he propuesto ideas que no funcionaron, y bajo la presión de justificar cada centavo. He sido cuestionado por intentar lo nuevo cuando lo viejo “todavía sirve”. Pero también he visto lo que pasa cuando una idea prende: cambia todo.

Ser un líder innovador es elegir entre lo fácil y lo necesario. Entre repetir con otro formato o crear. Entre esperar o ser quien provoca.

Y si vos también sentís esa incomodidad de lo establecido, si te cuesta callar cuando hay una mejor manera de hacer las cosas, si te arde el pecho cuando una causa se apaga por falta de ideas… no lo apagues.

Porque el tercer sector no necesita gerentes obedientes, necesita líderes que se la jueguen con todo.

Y si no estás dispuesto a incomodar para transformar, que también es una decisión posible, entonces tendrás como implicación directa, que no estás liderando nada, solo estás administrando la espera hacia la irrelevancia.

Carlos J. Simón

Carlos J. Simón

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Líder Global en innovación y transformación digital con 25+ años de experiencia. Carlos impulsa el cambio estratégico, inspira líderes y ayuda a organizaciones a prosperar en un mundo en evolución.

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